La mosca adulta (similar a las abejas) deposita los huevos sobre el extremo de los pelos en distintas partes del cuerpo del caballo dependiendo de la especie de mosca de que se trate. Cuando el caballo ingiere los huevos o las larvas, llegan al estómago donde se alojan aferrándose a la mucosa.

Tras alcanzar su fase de madurez, las larvas L3 se alimentan del tejido mucoso del estómago. Cuando han terminado su desarrollo, se desprenden y salen al exterior con las heces donde se transforman en pupas.

De la pupa emerge la mosca adulta que durante sus pocas semanas de vida se reproduce sin alimentarse (carece de aparato bucal).

La hembra grávida es capaz de volar varios kilómetros en busca de nuevos hospedadores sobre los que depositar los huevos para cerrar el ciclo vital de este parásito.

En general son síntomas de cólico que varían desde muy leves a muy graves dependiendo del número y localización de las larvas en el aparato digestivo del caballo y de la edad de éste. Los potros presentan, en general, una sintomatología más grave que los adultos que generan cierto grado de inmunidad frente a este parásito.

La ocupación de hasta un 50% del volumen disponible en el estómago, puede reducir el ritmo de crecimiento de los potros al impedir una alimentación correcta.

La ivermectina es altamente eficaz para el tratamiento de los gastrófilos a finales del otoño cuando las moscas adultas han dejado de volar. Dependiendo del clima de la zona, pueden ser necesarios más tratamientos durante el año.

Cepillado frecuente del caballo para eliminar los huevos depositados sobre el pelo.

Aplicación de lociones insecticidas para matar los huevos/larvas

Retirada del estiércol procedente de caballos parasitados